martes, 8 de julio de 2014

Una pasión con gusto a disfrute.


...

No recuerdo haberle dado el derecho a ingresar en mi mente de manera constante, insistente, mucho menos, permanente. No recuerdo haberle dado el atrevimiento de fusionarse con mi piel, de coincidir tanto con los pecados del placer. Hoy ya es sombra, sombra presente en los sueños, despierta. Sombra delirante entre los escombros de un cariño que sólo le duró unas noches, una tarde que olvidó. Hoy sólo tengo restos de los deseos furtivos y los besos clandestinos que nos dimos.

No recuerdo permitirme, una vez más, caer en la tentación de un par de ojos con pasaje a la locura interminable que, junto con tan impactantes pestañas, me llevan a ese viaje sin querer regresar. Logran perderme en un cielo infinito de sonrisas bobas al aire y me encuentro de nuevo con un sentir patético unilateral. No recuerdo haberme dicho que era libre de despertar en mí los celos por sólo esos momentos juntos, por provocar el gustar de su mirada hasta de su caminar.

No acordé jamás mezclarme con su cuerpo, no hay trato ni contrato que me ate a su piel. Pero el deseo que despierta en mis sentidos es suficiente para volver a él, a sus sábanas, a sus rincones, a la pasión que, hacía mucho, nadie provocaba en mí. 
Su cuerpo hoy es mi conquista y su corazón un deseo inalcanzable. 
Y sólo existo en sus noches, sólo existo en su cama, en llamas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario