lunes, 20 de enero de 2014

Amélie in the sky.


...

Existías en mi sueño, te hiciste parte de mí. 

Pero tu presencia no duró lo que deseaba.
No tuve aquellos movimientos pero,
nada impidió que pudiese sentirte tanto.
Jamás dudé que dentro te llevaba como
la certeza de mi anhelo más preciado.
Exististe por un breve tiempo.
Exististe sin decírmelo.
La felicidad fue contradictoria;

infinita por saberte, inexistente al marchar.

Hoy sólo me queda esa imagen tuya que no te describía,
que no mostraba siquiera cómo eras, cómo serías.
Hoy sólo me quedan dos líneas paralelas
y un abismo solitario de dolor.

Hoy sólo me queda que pudiste haber sido más,
más que un hermoso pequeño gran recuerdo.

Mi cielo, te quiero.

domingo, 19 de enero de 2014

Jamás llegó a ser.


...

Olvidé la última vez que lloré, la anterior vez a hoy.
Si avanzo me lastimo, y si paro, un poco más.
No comprendo mis razones, no comprendo siquiera mi llanto.
Estas lágrimas recorren el camino que no fue y el que no será.
No tuve ni perdí. No tengo ni tendré.
¿Qué hago? ¿Qué hago con lo que hay en mí y no quiero? 
No quiero hoy.
¿Qué hago si pierdo la oportunidad?
No debo vivir de arrepentimientos.

Pero hoy sólo avanzo, bruscamente, a corazón vendado y ciego, 
a ojos cerrados.
Con la impresión de caer, de chocar la pared.
Llegar al fin.

*

sábado, 18 de enero de 2014

Confusión: Falta de tiempo.




...


Retroceder. Dar un paso al frente. Detenerse otra vez.
Confiar. Sentir. Detener la mente y vivir.

Seguridad de un minuto e indecisión de por vida.
Inestabilidad y permanencia de la mano.
Qué débil puede ser a veces el intento, el arriesgo.
Qué inesperado encontrarse con las caras de la verdad,
hablándose la una a la otra, sin llegar a una conclusión cuando
por casi, esta vez, dos minutos de confianza por el hoy.

La vida aún continúa y mi mundo se detuvo.
El camino se hace largo y los pasos cada vez más cortos.

Soñar. Despertar confundido. Soñar lo irreal otra vez.
Olvidar. Algo mínimo recordar. Tan sólo más de lo mismo.
Superación de un momento y la incredibilidad emocional en un sólo tiempo.
Contradicciones, hipocresía y verdad. Más que nada verdad.
Cómo increíblemente el cuerpo logra asimilar los sentimientos.
Cómo bruscamente expone a la luz el dolor interno,
el dolor ajeno a los demás,

las heridas aún abiertas sin indicios de poder cicatrizar.

La vida continúa. Corre a prisa dejando mi mundo atrás.
Mis pasos no se oyen ya. Mi voz grita en silencio por ti
,
pero tu oído se sella ante mis vueltas.

-


jueves, 9 de enero de 2014

Inevitabilidad constante.


...

Tristeza. Tristeza al llegar a esa esquina y sentir la falta de amor, la ausencia de un abrazo como parada final, la inactividad de los rayos de sol iluminando aquella cálida espera. A veces suelo esquivar la mirada, retenerla en un punto fijo delante de mí, mirar hacia la nada, pero la mínima esperanza de encontrarlo allí suele siempre ganar. Y es entonces cuando volteo registrando cada espacio, cada centímetro de baldosa, cada escondite posible, mas en ese mismo momento la ilusión se apaga, otra vez. 

Angustia, momentos pasados más vivos y lejanos que nunca. Destrozos en mi alma por la ausencia de verdad. Una verdad que jamás su desamor pudo mencionar, una verdad que en sus actos de total cobardía demostró. Una verdad que, al lado de su estúpida frase de despedida, hoy hubiese servido más. Pero eso me dejó, tan sólo promesas rotas, ingenuidad en mi corazón, dolor.

A donde quiera que vaya, lugar que frecuento o inactividad diaria, bebida o alimento que consumo, música, recovecos, gestos y muecas, sonidos, silencios, el cantar de los pájaros, ropa que uso, cosas u objetos no relacionados entre sí, todo, absolutamente todo me hace pensar en él. No hay un mínimo espacio, partícula ni molécula que no se encuentre con una pequeña parte suya o de lo que solía ser. Suelo pensar que es tan absurdo, que la locura se está haciendo dueña de mí, que perdí el sentido, el rumbo. La razón aparece haciéndome ver que no es lo que está en el exterior lo que conspira contra mí, sino lo que aún conservo con fuerza dentro. Porque podría ignorar, podría hasta dejar de respirar pero, nada, nada impediría que lo olvide, ni tan sólo no pensarlo por un segundo.

Aprende a vivir, me dice aquella amiga, la razón. Aprende a despegar, a despegarte. Aprende a amar y pensar sin que duela. Mas cómo podría lograrlo si la vida entera me alimenté del dolor. ¿No se ve en mi sonrisa creciendo cada día?

~

Espera y desespera.


...

Y aquí sigo yo, mirando las manecillas del reloj avanzar mientras me detengo un poco más. A diario siento la inmovilidad de mi ser, de mi mente, de lo que usualmente me mantiene viva; las pulsaciones, el respirar, el bombeo. Mientras espero me pregunto, ¿qué espero?. Nunca de moda los milagros estuvieron en mi vida, ¿por qué ahora sería distinto?. Ni la noche ni el día con su magia y su misterio harán realidad mi deseo. Y es que parece lo suficientemente ilógico para siquiera hacer un intento. No se puede traer de regreso algo que alzó vuelo por su cuenta, sólo su propio viento lo podría bajar, sólo su propia fuerza, sólo si tuviera corazón, si aún pudiera sentirlo.
Resulta tan irreal todo esto, ayer en sus brazos y hoy, hoy sólo hay retazos. Llego a ese punto en el que necesito decir 'basta', pero mi terca voz se anuda y no sale, mis labios se llenan de patética ilusión, de ilusas esperanzas. No logro ser prudente con lo que mi corazón reclama, no logro tapar los oídos a esas voces que suplican espera. Vivo pendiente de mi sentir cuando debería avanzar con lo seguro, con mi presente. Vivo desesperando, retrocediendo, no siendo.
Sigo cumpliendo con aquellas promesas que él rompió, con aquellas que olvidó. Sigo fiel sin motivos más que por amor, mi propio amor, ese amor que antes de ser dos era sólo uno. 
¡Qué patético!, dirán algunos, que obsesión de perder tiempo en lo que ya no existe, seguro otros. Pero así es como soy, por desgracia, por lamento o por fortuna, es como siento. E inevitablemente, no tengo marcha atrás, ya es mi marca personal, quizás, lo que me hace diferente al resto.

El tiempo seguirá sucediendo mientras yo seguiré sin entender.

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