domingo, 19 de enero de 2014

Jamás llegó a ser.


...

Olvidé la última vez que lloré, la anterior vez a hoy.
Si avanzo me lastimo, y si paro, un poco más.
No comprendo mis razones, no comprendo siquiera mi llanto.
Estas lágrimas recorren el camino que no fue y el que no será.
No tuve ni perdí. No tengo ni tendré.
¿Qué hago? ¿Qué hago con lo que hay en mí y no quiero? 
No quiero hoy.
¿Qué hago si pierdo la oportunidad?
No debo vivir de arrepentimientos.

Pero hoy sólo avanzo, bruscamente, a corazón vendado y ciego, 
a ojos cerrados.
Con la impresión de caer, de chocar la pared.
Llegar al fin.

*

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