jueves, 3 de abril de 2014

Sólo sombra, sueño.


...

Rondan a diario sus ojos
su presencia sólo como sensación,
como la ilusa certeza que al girar,
tal y como en una película barata de amor,
lo encontraré al fin con su sonrisa plena al verme.
Provoca estragos en mí 
la risa idiota que aún me enamora, y que,
ausente y presente en mi vida,
recuerdo y escucho como símbolo de martirio,
suplicio que nunca termina.


Y acabo con esto perdiendo la razón,
la cordura al pensarlo se borra,
se esfuma como el apresurado sol
dándole paso a la luna que,
en mi caso, vendría a ser su amor.
Ese que aparece en la plenitud de las sombras,
como quien existe a escondidas,
a los ojos de quien sólo se atreve a mirar,
en la noche de quien por insomnio de extrañar
ve por completo la real esencia.

Pero todo acaba,
toda ilusión desaparece al llegar la mañana.
Y se vuelve a repetir la misma historia,
los mismos ojos, la misma voz,
la misma risa, el mismo amor.
Y se repite el mismo error, dolor,
extrañarlo y no sentirlo
mas encontrándolo en mis sueños.

Cae la noche, otra vez como tantas,
la luna se asoma y lo veré.

Buenas noches, digo en silencio,
no interrumpan mi sueño con él.



*

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